sábado, 31 de octubre de 2009

Improbable origen de un incierto lugar, de Andrés Navarro

dedicado a los eunucos

había una vez
una temeraria chota
guardada en la gaveta
escrita con fina letra
correcta caligrafía
ni qué decir de la orto-grafía

todo calmo
todo bien
hasta que una vez
no se sabe bien por qué
a la temeraria chota de la gaveta
le saltó una letra
y había que parcharla
o par(a)charla(r)
y con una luminosa “e”
se cambió una letra
y la chota
se hizo cheta de Fini

(licuadito de frutilla con leche
medianito cortado sin espuma
medialunas con servilleta
toda una sutileza)

y así
una cheta ocultaba su chota
debajo de las polleras de su madre
semejante revuelo sólo para sostener
esa “correcta forma”
porque deseaba
la cheta con su oculta temeraria chota
ganarse un lugarcito
en la primera fila de la catedral
¿la dejarían a la pobre cheta ocupar ese preciado lugar?

ella sabía que había que seguir sustituyendo
entonces se propuso
hacer saltar otra letra de la gaveta
y de la chota
después cheta
nació la jeta
que por descarte de artes
devino literaria
en parte



3 comentarios:

  1. El final me pareció choto, aunque pueda ser que la Cheta de la Jeta no se haya dado cuenta, de tu sutil desenca-jeta.

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