viernes, 23 de diciembre de 2011
Poema a Verónica - Abel Miranda
lunes, 28 de noviembre de 2011
Un tipo con sobrepeso - María Julia Jorge Auad
tu madre no te entiende
tu padre menos
ni tu cama, ni tu almohada
ni siquiera el agua que sale disparada
de la ducha cuando te bañas
para confundirte el llanto
tus amigos se han ido
después de las cervezas
nadie se ha quedado a consolar al borracho
pobre,
pobrecito
mañana vas a ir al psicólogo
y ese pibe va a tratar de entenderte
o de
"psicoanalizarte"
y qué miedo qué miedo
después de ahí
tal vez, salgas sonriendo
y mates a la vecina
la señora de busto y vientre unido
que viene del mercado
después violarás a su hija y tal vez
te cagues a piñas con el marido
ellos no se van a acordar de vos
tampoco te van a entender
y el clímax del tema es
que te van a sentar de nuevo
en la misma silla
para preguntarte
¿vos quién quieres ser?
*Maria Julia Jorge Auad
Carta para Mora (parte III) - Mauricio Rey
Hoy vuelvo a escribirte despues de un tiempo de silencio, de desórdenes en el ánimo.Espero que vos estés bien, y dedicada de lleno a tu profesión.Por mi parte, en éstos dias han publicado unos textos mios en un diario cultural que gestiona un colega.
Lugares comunes - Maxi Sack
miércoles, 14 de septiembre de 2011
Bestia - Maxi Sack.

Te quiero bestia
Sin espejos
Al sol de los mortales
Al acecho de una sombra escasa
Cosiendo arañas
Rezando al mármol
Te quiero bestia y sin brazos
Con bosques vigías
Con poses de halcón
De caricia inquina
Y a la espera de payasos
De sonrisas con dolor
Tu altar tibieza
En la proximidad de los mimos
Toxina en la pared
Y en historias húmedas
Volver a ser la bestia tragasueños
De fantasías acabadas contra la pared
Maxi Sack
10/09/2011
Bandera - Mauricio Rey.
Palabras con colores, colores que son signos de esta boca y estos ojos;
ajenos y propios los mundos que reflejas. Oculto el mensaje o claro el día que se ve allí.
Hay alfabetos por descubrir
¿Lo sabes?
Aunque ella se asome por el costado,
le invitamos un trago, le recitamos versos al costado del canal, vemos la tarde irse.
Ella ríe, me dice que no es el momento, que me da un rato más. Se va. Estás vos ahí:
Alegrándome un poco...
Estrella...
Victoria...
Soledad...
Alma...
Libertad.
Y la paz de un día domingo, mientras todo fluye lentamente.
Estereoscopia - Maxi Sack.

Tres delfines en la mar
Uno atravesado
Mirada al frente
Que se mira lateralmente
Saltos quietan al brumar
Bisonan luces atardecidas
De caricias preferidas
Seis delfines en la mar
Y hay solos en el oleaje
Ocultos juntan coraje
En otro rincón demente
Que esta noche piensa aclarar.
Maxi Sack
02/09/2011
Encastre - Maxi Sack.
Armónico mayor
Anhelos de plástico sobre plástico
De maderitas y botones
Amores a color
Alba azula
Cielo estampe
Verdes espejos al sol
Espuma el alma, acuna.
Y sorbe la esperanza,
Llanto multicolor
Y calma entre la almohada
Y caricia de león
Blanco manso
Arrullador
De mis tímidos fantasmas
De este mundo agrupador
Orden puro, mi amor
Pasaje natural
Entre tus finos cabellos
Entre tus ojos
Mi menor.
Maxi Sack
29/08/2011
Intervalo (Papeles para el ensayo) - Mauricio Rey.
¿Te escriben poemas?
Ni me pregunto ya.
jueves, 28 de julio de 2011
Cercenada - Bárbara Dibene
Ella dice que está muerta, pero no le creo. Siempre fue muy mentirosa; no por desconocer el valor de la verdad, sino por apreciar el arte de la mentira bien formulada, tan real que aplasta todo lo sincero hasta ahogarlo. Por eso no le creo, aunque perjure y perjure, y me muestre el abdomen manchado de sangre.
Me siento, y desde la silla la veo retorcerse. Dice que sufrió mucho, que es desesperante sentir como la garganta se cierra y no podés respirar. Que solamente te queda contar y esperar el sonido salvador de la ambulancia, que no llegó, porque no la llamé. Y me mira, con odio y resentimiento, porque ella no tuvo fuerza para alcanzar el celular, que estaba en la mesa de la cocina, donde esta tarde habíamos estado tomando mate y charlado de la vida.
Susurra, se esfuerza por putearme con esa lengua viperina que tanto disfruté acariciar con la boca. No la escucho, porque me imagino tomándola fuerte, sacándole la expresión de odio de un sacudón. Pero no es momento, lo sé, por eso mejor me enojo y le digo que se calle. Al primer grito me hace caso, y sonríe con una falsedad que me indigna.
Me repite que está muerta, doblemente no le creo. Los ojos se le dieron vuelta, y su cara tiene una expresión fatal, no me importa. Yo todavía la quiero, pero hay cosas que no se le hacen a uno, estas son las consecuencias.
Se ahoga, ya no espera la ambulancia. Contrae el abdomen y vomita sangre. Tose, creo que suspira mientras me echa las mil y una maldiciones. Llora, sí, me parece que llora y dice que nunca me amó. Encima me hace esto; miente, engaña, hecha culpas y ahora me hace sentir un pelotudo. Cómo le voy a creer otra vez, no puedo.
Siempre fue hermosa, tremenda, pero tan loca. Nunca me salió entenderla. Hoy menos que menos, cuando me dijo que ya no estaba segura de nosotros, y me pedía un tiempo. Hoy menos que menos, cuando me confesó entre ese llanto de mierda que había conocido a alguien más.
Me costó no quererla cinco minutos. Le rompí el corazón, esta vez de verdad, no como cuando me decía que la lastimaba cuando no le contestaba un puto mensaje. Y ahora llora, se queja, me dice que está muerta y no le creo. Ya no puedo, todo es una mentira, ella lo fue.
No me habla, no se mueve.
Sentado, con la vista fija en sus ojos eternos, apreto fuerte el corazón entre las manos, que todavía está caliente y húmedo. Me resisto a creerlo, pero creo que la maté.
miércoles, 27 de julio de 2011
Mi Verónica
Todas las excusas
para caminar el barrio
eran nuestras.
Hacíamos cola en la verdulería.
Comprábamos la carne.
Y a la mañana el pan.
Volvíamos de la escuela
y jugábamos carreras.
Ellos ganaban.
Nuestra ruta era secreta.
Y nuestros besos
también.
Las zapatillas
no lograron entrar.
Pedimos hamburguesas.
Fuimos a un hotel.
Salieron ellos
Y nosotros, nunca más.
Cada noche
recordábamos la pastilla.
Los apuntes organizaban
marchas en la mesa.
Y el mate solo
nos animaba.
Desnudos
en el espejo.
Juntos
éramos hermosos.
Para siempre
con hijos nuestros.
Los silencios
ganaban espacio.
Los días sucedían
lejos.
Nos amábamos
enojados.
Después
de las mentiras,
podemos tomar helado.
No me vas a perdonar.
Te regalo un peluche,
como si nada me dices
que no vamos a coger.
No tienes miedo de perderme,
preguntas.
Hace mucho, pienso,
que no sos mi Verónica.
de Gavy Yauza
martes, 26 de julio de 2011
Como una Flor

Como una rana
crucificada en la mesa
de un chico de escuela
a punto de hacer el corte
por primera vez.
Como un metal
ciego y hambriento
que busca placer
en el cuerpo rendido
de una mujer.
Como un amante
cansado en la cama
de la chica soñada
a punto de no hacer
para dormir otra vez.
Como un caramelo
atrasado de miedo
que intenta
de lejos
vencer el dolor.
Como una flor
cadáver secreto
en su flamante caja
para recordar
un amor.
de Gavy Yauza
martes, 19 de julio de 2011
Writing all the time - María Julia Jorge Auad.
en el largo trayecto
de nuestra conversación
es que, ese segundo plano
donde se sustenta la particularidad
vulgar humana,
no existe.
- Writing all the time -
Vos estás tan anticuado
que yo no soporto
tu capacidad de no superar lo absurdo
asqueroso, podrido y desagradable
de la vida real,
e incluso el gesto que te hace ser alguien.
Voy a confesarte que,
no sé… si tengo que perdonar
lo último que me dijiste antes de que te vayas;
que no sales
con mujeres que se venguen.
domingo, 19 de junio de 2011
Impresiones de alguien que anda por ahí - Abel Miranda.

Esa llovizna finita que te mete algo de tristeza y de encierro, caía a esa hora, pero daba para leer, y leímos y comentamos; estuvo interesante. Hay que salir de la casa e ir un sábado con llovizna, a una reunión de lectura sobre literatura y no literatura!!!!!
La Vero leyó un cuento de un escritor cordobés, no me acuerdo el nombre, el libro se llama “Asesinos de chanchos”, el cuento estaba bueno, de esos que transcurren sin que suceda ningún hecho que te dé lo inesperado, ah! lo esperabas? , no, loco, no pasa nada inesperado, no está en esa línea de narrativa. Creo que el texto se llamaba “Agua viva”.
Siguió Abel la lectura y el comentario, leyó “Bonsái” de Alejando Zambra, un escritor chileno. Esta es una novela corta o mejor, una novelita, o mejor aún, una nouvelle. Es de esos textos que se leen así… o sea, la leemos de una, porque ahí está el trabajo de este escritor: síntesis, humor, erotismo, lenguaje de ahora (como culear u culiar, aunque deciden follar), sutilezas, homenajes, lectura de la literatura y de su propia creación, abismo de la escritura literaria… Está buena.
Diana se leyó a viva voz, un cuento del gran Guy de Moupassant (“La tía Souvage”), de una antología donde está también “Bola de cebo”. El que leyó trataba de unos soldados invasores que se alojan en la casa de una viejita, es decir es obligada a darles asilo, en eso le llega una carta informándole que su hijo, que está dando guerra, ha sido muerto por el enemigo. La viejita termina quemando la casa con los soldados en el interior, que ni sospechan lo que ella les prepara. Cuando llega el alto mando enemigo la viejita se responsabiliza de las muertes y es fusilada. Antes de matarlos ella les pide a los soldados (que no sospechan repito) que anoten sus nombres en un papel, lo que les da a sus compañeros para que den noticia a las familias de los muertos.
Alguien que cuenta lo que le cuentan, discursos que dialogan; Diana salió con esta lectura interesante de este gran cuentista.( El “deber ser” del cuento).
Leyó Esteban, bah, mejor dicho se mandó un comentario envidiable sobre un libro del historiador re reconocido, pero de difícil lectura, Alperín. El tipo es un grosso dentro de la historiografía argentina. Además se vivió un siglo!!! Ya es un libro el tipo. El libro que leyó Esteban de Alperín versa sobre su vida, algo así como sus memorias. Aunque en realidad la vida del tipo es la historiografía y por eso le interesa “iluminar una época”. Se habló de su difícil prosa, de los largos párrafos que utiliza este autor, subordinadas?, pa darte calambre!; de peronismo y antiperonismo, de su formación académica… Difícil la cosa, pero Esteban mantiene en vilo al más despistado.