El escritor (Yo)
perversamente poeta
no tiene modo alguno de evadirse
tu carne ahajada
desmelenada
ultra-ahajada
sobre el camastro ausente
(aterciopelada espalda descarnada
sobre una mata recia
de vellos anangelados y traviesos)
abejorra ninfómana
glutes evanescente mi cala
en ese derrame de palabras-ciegas
África, púrpura, enmarañada
cada palabra TUYA repercute, tiembla
desalma mi carne trépida
(tu esplada de seda rala
sosteniendo el corpiño trémulo
chantilly desamputado)
quiebre de un GOCE hirsuto
para herirte-asesinarte
elegí palabras-ciegas
que desangren el esmalte traicionero
de tu espalda frigia anacarada
que carga con el peso
de tus pechos milongueros.
te la has garchado, o sea
ResponderEliminar