miércoles, 16 de marzo de 2011

De las guerras y sus menesteres - Mauricio Rey.

Si uno mismo es el enemigo, qué sentido tiene librar una batalla interna, o si los otros son nuestros enemigos, cuál el es rédito. Podría de ésto aprenderse algo que resulte útil para la vida diaria, para la conciencia o para el espíritu. El vencerse a sí mismo, puede interpretarse como un primer paso para guerrras contra rivales más poderosos; o por el contrario, es un hecho más como cualquier otro que sólo enorgullece a quien lo logra. Mientras te escribo, pienso en todas las contiendas que se libran, y de las que directa e indirectamente obtenemos botines y somos victimas, aunque es poco probable que sea cierto. Por el momento no necesito saber si es asi, lo cito para que sigamos hablando. Afuera todo se debate, más que entre el bien y el mal (según quien lo vea y sostenga), entre los dueños de la verdad está la pelea. Y son ellos quienes utilizan sus armas, utilizan canales de televisión, diarios, radios, páginas web, publicidad en las calles. Cualquier medio efectivo para dar su mensaje, puede que en ese ataque uno de los bandos tenga mejor armamento y las filas del otro estén desprovistas, aún así avanzan. Y en medio, o al costado está el resto que oficia de espectador o como soldado de algún sector. Es lamentable, pero es asi ante la urgencia y la volatilización del ambiente, es necesario estar de un lado o del otro. Es ahi donde los hombres de acción sacan provecho, ejercen como líderes, llaman al "pueblo", a fín de llevarlo para uno de los bandos; es ahi cuando cada uno debe advertir la veracidad de los discursos. Lo que no es facil, pero a lo que debemos animarnos para no ser uno más del rebaño, un número de la encuesta. ¡Hay que animarse!

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