sábado, 8 de agosto de 2009

Ismaél, de El Conde

ISMAÉL


La ruta era siempre la misma, el paso era siempre el mismo, como el de una procesión, como tal vez el del cadalso, pero no por la angustia o la agonía, sólo por los años.
Antes, el sonido de las llaves era una música, luego, sólo un ruido conocido, luego sólo un ruido, ahora ya no existe. El goce era el interior, la calma, el hedor a historia, arte, ciencia, saber, pecado permitido únicamente a pocos.
Leer. Leer hasta agotarse la vida, los ojos, los dedos, la mente, y condenar su alma. En éste camino de perder cosas también se fue la memoria, en eso los libros también tenían la ventaja.
Un día, mientras fagocitaba pacientemente un libro dócil, de esos que se deja devorar lentamente, comenzó a marcar frases, palabras, comenzó a escribir en los márgenes líneas ilegibles, a eviscerar semánticas y artísticos giros.
Al releer el libro, después del tiempo prudencial para que se amortiguara su sangre, notó extraño que lo haya marcado con rojo y que las marcas, vistas desde determinado ángulo, parecían arañazos en una piel viva.
Una mañana como todas al entrar en la biblioteca, desde los anaqueles chorreaba la tinta roja y formaba una gran laguna en el piso damero de la nave central de la biblioteca.
Abrió uno de los libros heridos y éste se cerró sobre sus dedos cortando con las hojas descubriendo otra tinta roja. El resto de los libros fue cayendo uno a uno como un ejército de fauces.
Un bibliotecario más, ya era hora de jubilarse!


EL CONDE

5 comentarios:

  1. No sé por qué se evitan poner la apartura de los signos de interrogación y admiración, no sólo en este cuento sino también en otros. ¿Es una nueva regla? ¿Ha cambiado la gramática? ¿Así se escribe en Santiago ahora? ¿Hago mal en poner los dos? ¿Será que en La Jeta admiran a los escritores norteamericanos?

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  2. Donde dice "apartura", debe leerse "apertura", gracias. El cuento, malísimo.

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  3. Tengan cuidado, porque hay otros blogueros que me copian y también dejan comentarios como "Anónimo". Yo soy el único "Anónimo dijo..." de este y otros sitios.

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  4. ¿Vos sos Anónimo? No me hagas reir, porfa. El único Anónimo soy yo.

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  5. Si los gatos pudieran escribir, creo que tranquilamente hubieran dejado los comentarios previos. Gatitos gruñones, eso si.

    Al cuento, arranca bien, la historia me parece interesante, buen relato. Pero hay un problema en el medio. Ni idea cual seria. Pero, trantando de hacer hipotesis me parece que tiene que ver con el final brusco. No digo q los finales deban ser progresivos, sino que algo le falta a la historia. Algunos datos mas sobre el personaje. Sobre la biblioteca, los libros. Por ahi te sirve. Saludos!

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