Soy una perra,
a pesar de Hegel.
Alejandra Pizarnik.
Todo,
ajenjo y todo;
y sin embargo…
en el cordón cuneta de la palabra
se ha adormecido un choborra
por hacerse el maestro.
La lluvia,
los olores,
los frascos de mayonesa,
todo,
derramóse en el vestido:
era una broma,
un truco,
un solo chasco entre las manos.
Era un ciego en la heladería,
pidió sandía con Isenbeck,
todo se lo llevó puesto.
Y sin embargo,
aquí tamos:
sin almohadas,
sin sueño rem,
sin esparpajos,
despanzándonos de risa de la plagiaria
con trapos y canastos surtidos
y.
Buenísimo, y buenísima la foto mejor no podía estar jajajaja. Un abrazo.
ResponderEliminarQue tipo piola usted. Me encanta ese borracho, muy enternecedor, despues el texto es poco ingenioso como juego. Y lo del plagio que lindo no?
ResponderEliminarNéstor Mendoza: este si soy yo (adviértase que escribo, como me enseñaron en la primaria con mayúsculas y pongo el acento ahí donde corresponde) Traumas infantiles que le dicen..
Che, Anónimo, notá, por Dios (si es que éste existe, y si no también), que, por ejemplo, la primera palabra que usas debería llevar acento (tilde ortográfico) en su última letra. También a la palabra "después" la has escrito mal, carente de un acento necesario, correspondiente. De lo que deduzco que tu trauma infantil ya va aflojando; ya ves, me gusta dar buenas noticias.
ResponderEliminarPor otra parte, del texto reconozco este flechazo: "Era un ciego en la heladería". Poco más. Pero lo veo ahí al autor, con menos cosas para decir que formas para hacerlo (presentándoseme éstas últimas, como interesate, digo), lo que considero un buen síntoma. Adelante, entonces.
¡Saludos!
Hay firma, no es anónimo. Te puse la tilde bebé.
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