Con tu pulso de electrocardiograma
y tu pico
de costura de cicatriz
me arrincono
en tu casa
de silencios de heladeras
y relojes colgados
(como cuadros)
que no andan
que desvarían
en su básico tic tac
que ahora es tic-tac-toc
TOC-TOC-TOC (al infinito)
Mi tristeza,
esa niña malcriada,
me roe
me repta
me babea...
¿Será
-me digo-
que no ser feliz
es también una elección?
Y meriendo
esta insulsa rutina
con aguijones en la cabeza,
en el corazón...
Los mareos que acostumbro,
la parada del ómnibus
y la espera de siempre,
interminable,
como ciertos viajes...
Como esta puta vida misma.
lunes, 1 de noviembre de 2010
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Me encantó esta poesía. Pienso que la angustia que te genera lo imperante, lo mismo, lo igual, lo esperado es una angustia que nutre la vida.Vivir sin la angustia es tener moviento de dinero, movimiento sin azar.
ResponderEliminarGracias Abel! Siento un zoom anatómico...(o algo similar)
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